RINOPLASTIA O CIRUGÍA DE LA NARIZ

La rinoplastia ultrasónica es la intervención quirúrgica destinada a corregir las deformidades nasales tanto estéticas como funcionales. Se trata de una de las cirugías estéticas más demandadas, ya que implica una mejoría inmediata en la armonía y equilibrio facial. El abordaje individual de cada paciente es la clave del éxito, por lo que es necesario la elección de la técnica apropiada para conseguir unos resultados naturales y equilibrados. El empleo de la nueva tecnología piezoeléctrica permite trabajar con la máxima seguridad disminuyendo el tiempo de recuperación postoperatorio.

Cualquier paciente mayor de 16 años que desee cambiar la apariencia de su nariz, su funcionalidad o ambas, aunque lo adecuado es esperar hasta la mayoría de edad o fin del desarrollo facial. Es muy importante reconocer las expectativas del paciente y que éstas sean realistas y acordes con las limitaciones técnicas de su anatomía.

Es recomendable el cese del tabaco en fumadores durante la semana previa y la semana posterior al procedimiento, para favorecer la correcta cicatrización.

No. En nuestro caso realizamos la rinoplastia ultrasónica, que es aquella que se realiza con el bisturí piezoeléctrico, en contra de las técnicas tradicionales en las que se empleaban el uso del escoplos, limas o martillos para realizar ls cortes sobre el hueso.

Esta nueva tecnología permite realizar cortes en el hueso de forma precisa y segura, disminuyendo el sangrado e inflamación al mínimo, además de proteger los tejidos circundantes, ya que se trata de una rinoplastia mínimamente invasiva.

La rinoplastia es un procedimiento que de forma habitual se realiza bajo anestesia general o sedación, según las características del paciente y las necesidades técnicas de la cirugía.

Existen dos tipos de abordajes:

RINOPLASTIA ABIERTA: Se realiza mediante incisiones casi invisibles que quedan camufladas en la columnela y en el interior de la nariz. Suele ser el abordaje necesario para la corrección de grandes deformidades, pudiendo acceder tanto a giba como a punta nasal.

RINOPLASTIA CERRADA: Se realiza mediante incisiones en el interior de los orificios nasales, siendo imperceptibles las cicatrices.

La duración de la cirugía es entre 1 y 2 horas. En los casos realizados bajo sedación el paciente no precisará de ingreso hospitalario. Si se realiza con anestesia general el paciente quedará ingresado durante las primeras 24h.

No. En la mayoría de las ocasiones el paciente no suele precisar analgésicos de forma habitual. Sin embargo será pautada medicación para el dolor y la inflamación durante la primera semana, en caso de necesitarla.

El paciente tras la cirugía de rinoplastia sale de quirófano con una férula nasal que protegerá la nariz durante la primera semana y permitirá mantener la forma y reducir el edema postoperatorio.

Los momentos de máxima inflamación se producen durante las primeras 72 horas, en las que el paciente puede sentir sensación de congestión nasal que dificulte la respiración como en un resfriado. Puede haber edema y/o hematomas durante la primera semana alrededor de los ojos, por lo que se recomienda la aplicación de frío local intermitente durante la primera semana.

A los 7-9 días se revisan las heridas y suele retirarse tanto las suturas externas como la férula.

Una vez retirada la férula nasal el paciente ya puede puede observar los principales cambios realizados en la rinoplastia, permitiéndole realizar vida social prácticamente sin modificaciones. Sin embargo no es hasta los primeros meses cuando la nariz adquirirá la forma final definida. En casos de retoque de punta nasal los cambios suceden hasta los 12 meses  tras la cirugía.

Es importante evitar la exposición solar directa durante los primeros 2-3 meses, para así disminuir el riesgo de hiperpigmentación de la zona intervenida.

Se recomienda reposo relativo y evitar deportes de intensidad moderada durante el primer mes, así como deportes de contacto a posteriori.

Se desaconseja el uso de gafas durante el primer mes para evitar marcas a nivel del punto de apoyo de la gafa. Durante los primeros 3 meses deben usarse gafas de monturas ligeras.

Son poco frecuentes, pero las más frecuentes son: hematomas, edema, asimetrías en la cicatrización transitorias, infección o dificultad ventilatoria. Todas ellas suelen ser de carácter temporal.

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